viernes, 6 de mayo de 2011

Relaciones cibernéticas, se puede?




Gereneralmente me conecto al msn en las noches, una de esas noches mi amigo Louis me llamó y me dijo: brother conéctate al toque… ¿Que pasa? ¿Todo bien? Si, si conéctate ya!  Un minuto después yo estaba conectado.

Louis me contó que se había ilusionado, que había conocido a alguien por internet, tu que hacer un esfuerzo considerable para no soltar mi risa burlona que el comentario me produjo.
Louis me proporciono una lista de detalles de ese chico que acababa de interceptar en la red: Un colombiano de 36 años, le gustaban las mismas películas, los mismos libros, el mismo tipo de música, los mismos colores y lugares que a mi. Según mi buen amigo, entre los dos había una súper sintonía, una conexión, una fluidez de manera natural.

Han pasado casi once meses desde esa conversación, pero aun puedo oír su voz y puedo ver esos ojos locos que delatan a la gente que ha empezado a enamorarse irremediablemente.

A pesar de que escuché con mucha atención el origen de su aventura amorosa cibernética, no me entraba en la cabeza la posibilidad de que Louis estuviera tomando en serio iniciar algo con alguien al que no había visto jamás en su vida porque para colmo el colombiano no vivía en Lima, ni si quiera en Perú sino en Miami donde trabajaba en una empresa de seguros de salud.

Es verdad que a Louis le había ido bastante mal en el árido terreno amoroso pero tampoco era para tanto.
¿Para que entusiasmarse con un colombiano que vivía en otro país y con el que apenas interactuaba fríamente a través de la pantalla del computador? ¿Eso no es complicarse la vida? ¿Será la frialdad de este siglo?
Cuando días después Louis volvió a hablarme de su colombiano empecé a mostrar mi incredulidad sin filtros. Me enseño su foto del facebook y hasta varios pasajes de sus diálogos pero me resistí a darle alas

-¿Y como sabes que es el? Te puede estar mintiendo y tú que estas como un pavo, creyéndole todo. A lo mejor quería tontear a un baboso desprevenido. Te apuesto que es un loco horroroso que ha puesto la foto de cualquiera menos de el.

Pensé que poniendo dudas en el cerebro de Louis, lo haría recapacitar, pensar y sacarlo de su sonambulismo. Pero ni con esas. Nunca le entraron las numerosas balas que le disparé. El optó por dejar de hablar del tema, hasta que casi un año después nos dio la sorpresa a todos sus conocidos. El colombiano había decidido viajar hasta Lima para buscar a su novio cibernético. Cuando me lo comunicó, yo no lo podía creer. ¿Como podía lanzarse a una piscina vacía? No se lo dije, me apenaba profundamente si esa relación no llegaba a resultar.

Nadie podría haber vaticinado la sorpresa que nos llevamos todos aquellos que nunca creímos en ese Cyber romance de internautas. Los dos se llegaron a juntar y viajaron a Cusco, el colombiano no conocía que era un buen motivo para ir. Louis me mandó un mail contándome lo bien que la pasaron, según el Cusco nunca fue tan maravilloso por mas que jamás descansaron en ese viaje, ya que visitaron todos los centros arqueológicos, todas las ruinas, todos los museos, fueron a todos los lugares y durmieron poco. La pasaron más que espectacular.
Cada vez que Louis me manda por mail una foto de ambos no puedo evitar sentirme culpable. “Y pensar que yo no me cansaba de desanimarlo”. Siempre me pareció que se trataba de un caso singular. Con el tiempo empecé a oír otras vivencias, otras historias similares. Siempre creí que ese tipo de relación era absurdo, una leyenda, una superstición…
Hace dos meses recibí una invitación por facebook de una chica que no veía desde la época del colegio, desde primaria. Ella se fue a vivir a Barcelona, ella me gustaba, pese a que siempre me gustó, nunca me atreví a decirle nada. Cada quien siguió su camino.
La verdad es que no se como me ubicó, pero cuando me contactó acepté su invitación de inmediato. Lo primero que hice fue mirar sus fotos, quería verificar si mantenía su rostro. Para mi sorpresa estaba igualita.
Bueno, pues estos últimos meses la chica del facebook de la que hablaba ha emergido de mi pasado y me ha ofrecido conversaciones de chat súper entretenidas, extensas y sinceras de toda mi vida. Nos reímos todo el tiempo, nos subimos mutuamente el ánimo.
Solo que hay un problema que son las diferencias horarias.
Si me piden que explique en qué se funda esta atracción, pues estaría en aprietos. Irónicamente respondería lo que mi bien amigo Louis explicó para describir cuan entusiasmado estaba con su novio colombiano.
“Le gustaban las mismas películas, los mismos libros, el mismo tipo de música, los mismos colores y lugares que a mi”.
Honestamente no sé si uno puede llegar a enamorarse por Internet pero ahora ya no estoy seguro de poder afirmar lo contrario. Y ustedes que piensan?


Pd: Les dejo una canción de la película el amor en los tiempos del cólera.

 


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